Encontrarnos en una etapa de separación amorosa es un proceso que lleva un tiempo de asimilación y aceptación que deberemos pasar para lograr superar la etapa donde nos invade la culpa.
La culpa es un sentimiento en el cual nos cuestionamos acerca de cuál fue el motivo que provocó la ruptura sentimental con nuestra pareja llegando a creer que fuimos nosotras las que hicimos mal las cosas y que por ello fracasó nuestra relación.
Este sentimiento de culpa constante llevará a desgastar nuestra autoestima daremos por hecho que lo que hicimos lo hicimos mal y lo que dejamos de hacer fue el detonante para que la otra parte tome la decisión de dejarnos.
Todo el tiempo nuestro pensamiento gira sobre la misma idea, llegando a reprocharnos lo que no hicimos en el errado pensamiento que cada cosa que hubiéramos podido hacer hubiera salvado la relación, sin darnos cuenta que tan solo son presunciones que nos causan dolor y frustración.
La angustia de apodera de nuestra mente y cuerpo llegando a sentir la necesidad imperiosa de llamar a la persona para conversar sobre la separación con la única intención de retomar la relación porque hemos asumido que la culpa de que la relación no haya funcionado es totalmente nuestra.
La culpa llega a desaparecer de nuestra mente a medida que va pasando el tiempo donde la claridad de nuestras ideas nos deja ver que los términos de una relación se dan por múltiples causas y que la culpa es innecesaria.
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