Cuando iniciamos una relación no hay nada mejor que pasar las 24 horas del día juntos todos los planes están destinados a dedicarnos pasar intensos días
de intimidad y solo soñar y soñar que la vida sin la pareja sería imposible…hasta que pasa el tiempo y por primera vez decimos... me aburrí de mi pareja. Y es que si bien es cierto hay parejas que duran un día o dos semanas o cumplen años de años juntos pero cuando se acaba la sensación de conquista y de erotismo que son la carta de presentación en los inicios de una relación se puede sentir el agobio de su presencia, pensamos me aburrí de mi pareja, no soporto tanto tiempo su compañía, me asfixia, siento que rompe con mi tranquilidad, invade mi espacio, mi mente y mi vida de una manera abrumadora.
El agitado mundo que ahora se vive no nos permite darnos cuenta de lo que está sucediendo hasta cuando ya es demasiado tarde que solo conversamos lo básico con nuestra pareja como... “tu recoges al bebe de la casa de mi mamá” “hoy es mi clase de post-grado”” no te olvides que hoy vence el recibo de pago de la escuela del niño” etc.
Luego a solas cuando repasas como es tu vida íntima en la cama como pareja y te das cuenta que en ella solo ven televisión o conversan de lo que tiene pendiente al día siguiente una que otra vez el deseo sexual llega a ustedes, eso sin contar que algunas veces solo una de la partes lo desea el otro no.
Los especialistas señalan que decir me aburrí de mi pareja no es nada raro en estos tiempo en los que las relaciones duran poco en los que hombre y mujeres terminan una relación de pareja por temas simples como no me gusta que dejes regada la ropa en la habitación etc.
Hoy las parejas se casan poco y si lo hacen es con bienes separados no hay luchas encarnizadas en los juzgados por el dinero o bienes que les corresponde y que lo último que se desea es que se quede con la pareja, es así que el engorroso trámite de divorcio se simplifica en guardar las pertenencias en una maleta, cerrar la puerta y terminar con la relación.
Es por ello que los especialistas añaden que en la constante búsqueda de una pareja el compartir cortas temporadas con una y otra persona es que nos volvemos intolerantes a las exigencias o carencias de la otra persona porque sabemos que solo basta decir hasta aquí nomas y salir de la situación que no nos permite ser felices.
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